Buenos días a todos y todas, bienvenidos y
gracias por vuestra asistencia.
Permitidme que me presente, soy Miguel
Gawenda, presidente y socio fundador de ANPASP. Por lo tanto, el responsable
último - junto a los miembros que forman la Junta Directiva- de alcanzar los
objetivos que nos hemos marcado al alumbrar la Asociación Nacional de
Profesores Acreditados de Seguridad Privada.
Mis primeras palabras tienen que ser,
necesariamente, para ESCA. Debo agradecer a sus Directivos presentes en este
acto su generosidad por la cesión de estas magníficas instalaciones y por el
exquisito trato que nos han dispensado desde el primer minuto, tanto en lo
personal a los Socios, como en lo institucional a la propia Asociación y al
proyecto que representa.
Agradecer también la presencia de todos los
invitados que nos acompañáis en una fecha tan señalada para todos nosotros,
Autoridades, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Policías Autonómicas,
Representantes del Ministerio de Educación, Universidades públicas y privadas,
Asociaciones profesionales, Sindicatos, y también a todos aquellos que no han
podido asistir y que han mostrado su deseo de participar en este proyecto,
daros las gracias.
Es necesario que hagamos una introducción de
cómo surge ANPASP para comprender su naturaleza, los objetivos que se marca y
la necesidad de representación de un colectivo considerable y un sector con más
de 200.000 trabajadores en disposición de ser empleados en cualquier momento y cuya mejor cualificación es el objetivo
primordial que nace de ANPASP
El germen asociativo nace en las redes
sociales y desde una página que reúne a profesionales de diversos sectores,
entre ellos la seguridad privada y más en concreto, a los profesores acreditados
de seguridad privada.
Existía un nexo de unión entre todos aquellos
que nos conocimos a través de las redes. Todos éramos profesores acreditados
para impartir enseñanzas en los centros de formación autorizados por el
Ministerio del Interior.
Las continuas opiniones y aportaciones de
cada uno a la actual formación en seguridad privada, se tornaban cada vez en
algo más que ideas o meros puntos de vista individuales. Estábamos unificando
criterios que tenían el sentido y la lógica necesarios para plantear un cambio
hacia la mejora, hacia la cualificación profesional y hacia la formación
reglada de toda una pirámide de profesionales que forman el sector de la
Seguridad Privada.
Se hacía necesario que los cambios fuesen
impulsados y llevados a cabo por profesionales cualificados, por su relación
con el sector, por su formación personal, su experiencia en cada uno de los
campos, y con la forma jurídica de
Asociación Profesional.
En
1991, desde la revista, Formación de
Seguridad y de la mano de los impulsores de la Formación en Seguridad se puso
la primera semilla hacia una Formación Universitaria en el ámbito de dicho
Sector, a cuyos participantes debemos agradecer y homenajear hoy como
precursores de esta iniciativa.
Los profesores acreditados que forman al
personal operativo, son los únicos y máximos responsables de preparar a su
alumnado no solamente para obtener un diploma o superar unas pruebas que les dé
una habilitación, son docentes cuyo fin es enseñar, involucrar a sus alumnos
para que recuerden lo aprendido, no para realizar un examen, sino para garantizar con su formación su
propia seguridad, y por extensión, la de los servicios que prestan.
La calidad en la formación se conjuga la experiencia de los
docentes, con su metodología y su capacidad de comunicación y con centros especializados que aporten los
medios, las instalaciones y los recursos específicos.
Se hace necesaria una estructura académica
reglada, no semejante a un título oficial, sino que tiene que serlo. Horas de
formación, y no como un compromiso normativo, si no como una necesidad
inseparable del encargo profesional que asumirán cada uno de estos
profesionales.
Parece algo poco creíble que un vigilante de
seguridad con cinco años de experiencia y bachillerato entre otros requisitos,
y tras haber superado un examen de siete preguntas a desarrollar y treinta
preguntas tipo test, se encuentre capacitado para dirigir una empresa de
seguridad o que le sean encomendadas las funciones que le otorga la normativa
de seguridad privada.
O que un director de seguridad, máximo
responsable de un departamento de seguridad de una empresa con 50.000
trabajadores, se encuentre capacitado después de realizar un examen semejante
al de un Jefe de Seguridad o tras haber realizado un curso en una universidad,
que a pesar de tener que alcanzar las 400 horas lectivas, se pueda realizar a
distancia sin llegar a tener contacto prácticamente con una formación real y
necesaria para las funciones que asumirá en su ámbito de competencia.
Ni que decir tiene, la preparación que posee
un vigilante de seguridad que puede realizar por 500 o 600 euros un curso
acelerado en una academia autorizada para la obtención de un diploma que le da
derecho a presentarse a unas pruebas, que lo lleven a prestar servicios en un
aeropuerto, una estación de metro, una central nuclear, grandes centros
comerciales, eventos de concentración de masas, etc.
Son más de veinte los años que han
transcurrido desde la entrada en vigor de la actual Ley de Seguridad Privada.
En un futuro inmediato será reemplazada por una nueva Ley y un Reglamento que
la venga a desarrollar.
En el reciente anteproyecto ya se hace
mención a los estudios de grado universitario para poder habilitarse como
director de seguridad o detective privado.
Se menciona la formación profesional y las
cualificaciones profesionales para los vigilantes de seguridad y guardas
rurales.
Como la formación profesional para los jefes
de seguridad. Esto último parece algo incongruente, máxime cuando un jefe de
seguridad asume unas funciones semejantes a las de un director de seguridad y a
éste se le demanda una formación universitaria, mientras que a un jefe de
seguridad solamente una formación profesional.
Como asociación que representa a los
profesores acreditados del sector, hemos realizado una serie de alegaciones y
aportaciones al mencionado anteproyecto, para que se tengan en consideración.
Desde ANPASP, nos hemos planteado unas líneas
de actuación en las cuales ya estamos trabajando y consideramos que son las
herramientas apropiadas para hacer llegar nuestro trabajo a los organismos
encargados de gestionar estas propuestas.
Nos hemos planteado el cambio de modelo
formativo del personal operativo hacia la Formación Profesional.
En el mismo defendemos la idea de agrupar a
vigilantes de seguridad y guardas rurales con sus respectivas especialidades.
La obtención de un título académico oficial y una formación reglada que pueda
ser el inicio de una carrera profesional de seguridad privada.
Su formación se realizaría en centros de
formación públicos o privados. Estos últimos previamente deberán de obtener la
autorización del organismo autonómico de educación correspondiente para
impartir este tipo de enseñanzas. Sería una formación reglada, profesional y de
calidad con beneficios para las distintas partes implicadas.
Se crearía una carrera profesional que
mediante la progresiva capacitación, formación y experiencia del estudiante y
trabajador, le llevaría a completar sus estudios de grado universitarios o
abrir la posibilidad de, mediante los títulos obtenidos, optar a otras
salidas profesionales.
La base operativa tendría una Formación
Profesional de grado medio con 2.000 horas de formación, desarrollándolas a lo
largo de dos cursos académicos y con prácticas en el último año de curso, tal y
como se desarrollan otros cursos de Formación Profesional en la actualidad, y
obtendrían un título que les daría acceso al siguiente grado de formación.
Proponemos que mandos intermedios de empresas
de seguridad, con responsabilidades sobre el personal operativo, y siendo
enlaces con los mandos directivos de las empresas, deberían de tener una
formación superior al personal sobre el que trasladan sus órdenes y que deben
de demostrar unos conocimientos y formación acordes con sus responsabilidades.
Agrupamos a puestos de responsabilidad, pero
que no figuran como categorías profesionales en la actual normativa de
seguridad privada, a jefes de servicio, coordinadores, inspectores y todo aquel
cargo al que se le encomiende un propósito y por el que deba de tener unos
conocimientos suficientes para llevarlos a cabo.
Para este grupo de profesionales,
recomendamos la Formación Profesional de grado superior con 2.000 horas de
formación, desarrollándolas a lo largo de dos cursos académicos y que sirva de
continuidad a la base operativa, ampliando su formación, grado de conocimientos,
experiencia y carrera profesional.
Optamos por la formación de grado
universitaria, no solamente englobando a los directores de seguridad,
pretendemos añadir a los jefes de seguridad, puesto que poseen
responsabilidades semejantes a los primeros, y es necesaria equiparar una formación
de grado entre ambas categorías profesionales.
A este personal directivo se le ha
encomendado ser el grupo profesional que tenga la función directiva de empresas
de seguridad y de departamentos de seguridad, para todo ello se hace preciso
una formación acorde a las responsabilidades que se les demanda.
Creemos necesario el dotarles de formación
universitaria mediante un Grado de Seguridad Privada que englobe todas las
materias y conocimientos necesarios y pensando más allá de lo obliga solamente
la normativa actual.
Una formación que haga destacar la figura
estas dos categorías por ser poseedores de unos conocimientos y de una
experiencia que no se pueda encontrar en otro personal de la estructura
empresarial.
Competencias como la protección de
infraestructuras críticas, la prevención de riesgos laborales, la seguridad de
la información, idiomas, materias referentes a la protección civil, técnicos
cualificados para la elaboración de planes de autoprotección,.. Cuatro años de
formación especializada, dedicados a los cometidos que les demandaran en
empresas de seguridad y departamentos de seguridad de los cuáles serán los
máximos responsables de dirigir y coordinar conforme a las actuales funciones
que les otorga la normativa actual y futura.
Pensamos que en el mismo grado universitario
de seguridad privada, tenga cabida la formación para la categoría profesional
de detective privado. Una categoría ligada a este sector, y que pese a lo que
la opinión pública pueda percibir de estos profesionales a través de lo que
unos pocos son capaces de provocar, la mayoría de ellos son profesionales que
dedican la mayor parte de su tiempo a realizar funciones determinantes, no solo
para beneficio de los particulares que los puedan contratar, sino que en muchas
ocasiones son reconocidos por los organismos públicos por la labor que realizan
y el beneficio que producen en favor de la seguridad ciudadana.
Un grado universitario con tres categorías y
tres habilitaciones. Una formación superior que sea el puerto de llegada de
todos aquellos profesionales que iniciaron sus estudios y su carrera
profesional, pasando por distintas etapas, adquiriendo una formación reglada,
de calidad, cualificada, que les lleve a conseguir títulos académicos y siempre
relacionados con el mismo ámbito profesional.
Sin dejar de lado
el colectivo que representamos, los docentes debemos de mejorar los requisitos para lograr la
acreditación como profesores. Demostrar una competencia y una formación
suficiente, no ya para formar a nuestros alumnos, sino para involucrarlos y
hacerle participes de su propia formación. Llegar a fomentar en ellos mismos el
deseo de querer aprender, solamente lo podemos lograr con docentes
cualificados.
Para ello es necesario conseguir una mejora de las capacidades
docentes y técnicas en colaboración con organismos públicos de toda
índole Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Policías Autonómicas,
Protección Civil, entidades público y privadas. Conseguir además, de la mano del Ministerio de Educación, el acceso a una
formación actualizada en los ámbitos didácticos y pedagógicos enriqueciendo con
ello nuestros propios conocimientos.
Una capacitación
a ofrecer a empresas, clientes y usuarios en general, que demanden calidad en
los servicios a contratar. Una renovación de un sector que surja desde la base
con su personal operativo, y que se traslade hasta lo alto de la pirámide con
los máximos responsables directivos.
Para todo ello, nos ofrecemos y sin ningún
ánimo de lucro ni beneficios personales, a participar de manera activa con
organismos educativos estatales y autonómicos, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado, policías autonómicas, asociaciones profesionales, universidades
públicas y privadas, con todo aquel interesado en este proyecto.
Deseamos, porque consideramos necesarios
nuestros objetivos, llevar a buen puerto todo este proyecto.
Nos hemos organizado internamente,
configurando diferentes mesas y comisiones de trabajo.
Formación Profesional y cualificaciones,
universidades, formación del profesorado, especialidades, son mesas esenciales
para trabajar en cada ámbito y que podamos dirigir hacia cada destino nuestras
propuestas.
Queremos reunirnos con todas las partes aquí
presentes y con los que no han podido asistir. Necesitamos vuestras opiniones,
críticas, ideas, recomendaciones. Todo aquello que haga un trabajo en equipo
que redunde manera efectiva y positiva para todos los actores que formamos la
seguridad privada.
Recientemente, se nos ha notificado desde el
INCUAL (Instituto Nacional de las Cualificaciones) que ANPASP ha sido
seleccionada para formar parte del grupo de expertos que realizará los trabajos
relacionados con la mejora y actualización de las cualificaciones profesionales
relacionadas con la familia de Seguridad y Medio Ambiente, entre las que
figuran las correspondientes a Vigilancia y Seguridad.
Es nuestro deseo e intención, el continuar en
esta línea de dedicación a la mejora de la calidad formativa y el logro de
alcanzar una formación reglada, que haga de todo un sector y de sus actores, un
modelo a seguir por los conocimientos y preparación adquiridos a lo largo de su
carrera profesional, y que no dejen de ser junto a la Seguridad Pública, un
sector de crucial importancia para toda nuestra sociedad.
Gracias a todos y todas por vuestra
presencia.
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